María (Hilda Aguirre) es una joven huérfana que vive con su adinerada tía (Margot Cottens). María suele cantar en un bar de copas junto a sus amigos, que conforman un grupo de rock), y disfruta de la noche con ellos. Uno de sus amigos, Ernesto (Enrique Guzmán), está enamorado de ella, aunque ella no parece sentir lo mismo por él. De hecho, sus múltiples dudas existenciales y un extraño vacío que siente en su vida la impulsan repentinamente a entrar en un convento como novicia, rompiéndole el corazón a Ernesto. Sin embargo, con su caracter alegre, abierto y rebelde, no parece amoldarse a la vida en la clausura, y especialmente tiene problemas con la directora de las novicias, que la suele castigar para intentar llevarla por el camino recto. En el convento, que también funciona como hospital infantil, conoce a un médico (Manuel Gil) con el que no se lleva del todo bien por el contraste entre sus dos caracteres, aunque a su manera se tienen cariño y respeto mútuo.