En el verano de 1998, unos científicos rusos que realizaban un análisis tras la caída de un meteorito en una zona de la región de Kaluga, descubrieron un trozo de roca que encerraba un perno de hierro en su interior. Los geólogos estiman que la edad de la roca es de 300 a 320 millones de años.
En esa época no había formas de vida inteligentes en la Tierra, ni siquiera dinosaurios. El perno, que se ve claramente la cabeza y la tuerca, tiene una longitud de un centímetro y medio, y un diámetro de unos tres milímetros.
Los científicos pensaron inicialmente que el perno pertenecía a una máquina agrícola, pero un examen más detallado reveló que el perno estaba firmemente fijado en la roca.
Los estudios de rayos X también descartaron la posibilidad de que se tratara de un tronco de crinoidea fósil, ya que su tamaño es mayor que el de los especímenes de animales marinos. Pero el artefacto proporcionó a los investigadores otra sorpresa, supuestamente había otro perno en su interior.
Este hallazgo ha sido estudiado intensamente en varias instituciones científicas de Rusia - desde geólogos, físicos, paleontólogos, mineralogistas y se ha demostrado que el perno estaba en el sedimento antes de ser montado en una roca. Todos los técnicos que examinaron este artefacto están convencidos de que el perno ha sido construido artificialmente y no es producto de un proceso natural.
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