El detective Carl Mørck y su socio Assad, del Departamento Q de la Policía de Copenhague, especializada en casos especiales, investigan el brutal asesinato de dos jóvenes mellizos en una casa de verano. La película relata la apertura del caso, que fue cerrado con la confesión de un personaje marginal del pueblo, a pesar de que la policía sospechaba de un grupo de estudiantes de clase alta.