Tras la muerte de su mejor amigo, Cantinflas tiene que hacerse cargo de Chavita (Paquito fernández), el hijo del difunto. Deseoso de progresar y tener dinero para mantener al niño, se pondrá a buscar trabajo como un loco, probando diversos empleos (albañil, socorrista en la playa de Acapulco, limpiabotas...). Se propone, sobre todo, satisfacer el mayor deseo de Chavita: tener una pelota, como los demás niños. Pero el destino le tiene reservada más de una sorpresa.