El pueblo de San Garabato está alborotado pues sabe que vendrá un inspector a visitarlos. Por azares del destino, el fuereño Calzonzin es confundido con el inspector, iniciándose así una serie de enredos y confusiones. Se organizan desfiles de recepción, visitas a un hospital y a una cárcel de utilería. Calzonzin, a su vez, enamora a la hija y a la esposa del corrupto presidente municipal. La gente del pueblo, entretanto, le presenta sus quejas al inspector quien escribe la verdad a un periodista, pero su carta es interceptada por el jefe de correos. Se descubre que Calzonzin es un impostor, lo persiguen y castigan junto con su amigo Chon. Al llegar el verdadero inspector, el mecanismo de bienvenida se acciona una vez más.