Alan consigue el mapa de un botín de guerra que el ejército japonés dejó atrás en una pequeña isla del Pacífico al final de la Segunda Guerra Mundial. Pero unos gangsters intentan arrebatarle el plano, por lo que decide esconderse en el barco de Charlie, que justo en el momento de su huida estaba saliendo del puerto. Alan se las apaña para manipular el rumbo del barco sin que Charlie se de cuenta de que se dirigen hacia la isla del tesoro. Cuando llegan allí, descubren que no está tan abandonada como pensaban. Si quieren conseguir el botín que han ido a buscar, tendrán que vérselas con los nativos del lugar e incluso con un soldado japonés que sigue allí defendiendo el tesoro.