Arqueólogos han descubierto una figurilla de arcilla de hace 3000 años en las ruinas de un antiguo palacio en Jerusalén, Israel. La figura solo mide alrededor de 5 centímetros de alto y no se destaca por su nariz pronunciada, ojos saltones, boca pequeña y orejas puntiagudas. Pero según Yosef Garfinkel, director del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el ídolo de arcilla podría ser una representación antigua del Dios hebreo Yavé.
El profesor Garfinkel planteó sus afirmaciones, sugiriendo que la cabeza pertenecía a una figura más grande que montaba un caballo y que podría estar relacionada con pasajes oscuros de la Biblia.
Garfinkel dijo que la cabeza probablemente estaba unida a otro objeto, ya sea un cuerpo o un recipiente de cerámica.
La figura, que tiene características animalescas, incluso reptiloides, tiene ojos, orejas y nariz pronunciadas. Alrededor de la parte superior plana de la cabeza hay un círculo de agujeros. Debido a que las orejas están perforadas, se cree que la figura puede haber usado aretes.
También se recuperaron dos ídolos similares y dos figuras de caballos en una excavación en Tell Moza.
Pero la teoría está en contradicción directa con la Biblia, que hace hincapié en prohibir todas las formas de idolatría.
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