Según los investigadores, hace aproximadamente 6000 años en Mesopotamia, la antigua Sumeria, empezó la primera civilización urbana de la humanidad. Hay muchas leyendas e historias en los textos antiguos sumerios que describen a dioses descendiendo del cielo. Una de ellas es realmente fascinante, es la leyenda del rey Etana que viajó al cielo con los dioses.
Los textos sumerios dicen que después del diluvio, los dioses volvieron a descender del cielo. Ellos crearon una ciudad, pusieron sus cimientos y la llamaron Kish. Pero la ciudad no tenía rey. Entonces los dioses buscaron un rey en la tierra, y encontraron a Etana, un pastor, y lo llevaron a la ciudad. Construyeron su estrado, le dieron su cetro y lo hicieron rey de toda la tierra.
En la tablilla de arcilla acadia encontrada en el actual Irak, fechada entre 1900 y 1600 a.C., está escrita una leyenda del rey Etana en cuneiforme. Según el texto, Etana, el rey de la primera dinastía de Kish, intentó volar con un águila a los cielos para encontrarse con el dios del cielo Anu, y encontrar una planta mágica que curara la esterilidad de su esposa, lo que permitió a Etana ser padre.
La tabilla narra que Etana, el cual tras obtener el permiso de Utu-Shamash, encargado de los Shem y de las Águilas; fue instruido para poder alzar el Águila del foso donde se encontraba. Tras aprender las maniobras y controlar los instrumentos, consiguió despegar tras el tercer intento. Al día siguiente, junto a un piloto y debidamente equipados, volvieron al Águila con la intención de llegar a la morada del cielo. A través de la escotilla, y conforme se iba alejando, Etana describe como todo se hace pequeño hasta que finalmente, incluso el suelo y el ancho mar habían desaparecido, y perdío de vista la Tierra.
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